En los últimos meses, se ha hablado cada vez más sobre la próxima evolución de Internet, a menudo denominada Web 3.0 o Web3, y cómo cambiará la forma en que funciona Internet. La frase Web3 se refiere literalmente a la tercera iteración de Internet. La Web 1.0 se remonta a los inventos de Internet a fines de la década de 1980 y evoca recuerdos de conexiones de acceso telefónico y páginas web estáticas simples que se originaron en la década de 1990 y principios de la de 2000. Con la llegada de la Web 2.0 alrededor de 2004, los ISP y los desarrolladores aprovecharon los nuevos estándares para brindar una experiencia más dinámica y facilitar el intercambio de información. Es gracias a muchos de estos avances que las plataformas sociales como Facebook, YouTube y TikTok se han convertido en una parte integral de la vida diaria de los usuarios.
Sir Tim Berners-Lee, el famoso científico informático que inventó Internet, llamó a Web3 la "Web Semántica". En general, la idea detrás de Web3 es que será mucho más fácil intercambiar información a través de Internet sin estar controlado por ninguna organización separada. Por supuesto, este concepto no es nuevo, es el mismo principio que subyace a las redes de cifrado descentralizadas. Sin embargo, hasta ese momento, dichos sistemas y protocolos tendían a pertenecer al ámbito de las monedas digitales y las obras de arte en línea (también conocidas como NFT), mientras que empresas como Meta, Alphabet y ByteDance mantuvieron el dominio sobre sus subsidiarias Web 2.0 ...
En su nivel más fundamental, Web3 promete acabar con los guardianes de Internet. Actualmente, aplicaciones como Instagram y Snapchat pueden decidir qué puede publicar un usuario y quién lo ve. Sin embargo, la red social Web3 teóricamente no tendrá control sobre la distribución de contenido. Es posible que un usuario pueda subir un video a una plataforma y simplemente compartirlo con un servicio de la competencia con solo hacer clic en un botón. Nuevamente, la idea básica, que no hay una parte que controle los datos, permite que el arte digital sea autenticado, así como el comercio y la extracción de bitcoins. Quizás el ejemplo más famoso de una plataforma que se adapta a la era Web3 es Twitter. La compañía está desarrollando un estándar descentralizado denominado Bluesky, afirmando que "está reconstruyendo la red social conectando sitios de almacenamiento dispares".
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